viernes, 17 de julio de 2020

De la crisis a la resiliencia: ¿Cómo se están encarrilando los Países Latinoamericanos?


"Las organizaciones que son expertas en la gestión de crisis adoptan un enfoque metódico para mitigar posibles crisis y gestionar las que sí surgen, centrándose tanto en la preservación como en la valorización"

Diversas investigaciones han aportado evidencias de que las personas con resiliencia, incluso en las situaciones más adversas tienden a poseer ciertas habilidades emocionales básicas: sociabilidad, auto-confianza, optimismo, resistencia al fracaso y a la frustración, la habilidad de superar rápidamente los contratiempos y una "naturaleza fácil".

Tienen una "naturaleza fácil" aquellas personas con las cuales es fácil relacionarse; son sociables y flexibles. Hay personas que parece que transmiten energía positiva, que estar con ella es reconfortante, a pesar de las adversidades. Todo esto tiene mucho que ver con la inteligencia emocional.

En tiempos de crisis se impone formar (o entrenar) personas para que sean más resilientes. Lo cual significa educar en competencias emocionales que permitan reconvertir la adversidad en perspectivas de futuro caracterizadas por la esperanza, ilusión, optimismo, compasión y amor.

La resiliencia es caminar a través de la adversidad y salir reforzados. Caer siete veces y levantarse ocho.

Una de las principales noticias del año es la capacidad demostrada por la mayoría de países latinoamericanos para paliar y superar los efectos de la crisis.

El término resiliencia se puso de moda hace diez años cuando la crisis económica comenzó a azotar a algunos países. Una persona resiliente tiene una habilidad natural para aceptar la adversidad y saber gestionarla de forma positiva.

La crisis supone un contexto en que los patrones vigentes son rotos por acontecimientos imprevistos. Esto ocasiona un trastorno que provoca perjuicio para muchos y beneficios para aquellos pocos capaces de transformarla en oportunidad.

De acuerdo a una encuesta,  los resultados se desprende que los franceses son las personas menos resilientes, y los chilenos, los que mejor se adaptan a los contratiempos vitales.

En la actualidad, existen cada vez más países que capacitan a sus empleados en el perfeccionamiento de la resiliencia con el propósito de que todos se superen, no sólo en las competencias técnicas sino en lo emocional para mejorar el clima laboral y poder enfrentar cualquier crisis.

Los desafíos que proponen los lugares de trabajo, en la actualidad, suponen una gran carga de tensión para la mayoría de las personas.

Fomentar la capacidad de ser resilientes, significa atravesar los desafíos con la mayor naturalidad posible, mantener el buen nivel de relaciones interpersonales, el desempeño, la productividad, a pesar de las dificultades, competencias claves que muchas organizaciones se han propuesto fomentar entre su gente.





La resiliencia no es solo un concepto más dentro de la psicología laboral, sino que es una gran herramienta que otorga una ventaja competitiva a la empresa, para atravesar situaciones que generan frustración y resistencia, de manera positiva, convirtiendo a cada momento difícil en una oportunidad de crecimiento.

Es por ello que muchos países utilizan la resiliencia como base primordial para un buen manejo de su organización.

“Frente a la incertidumbre, las empresas requieren contar con profesionales resilientes que, entre otras características, se adapten rápidamente a los vaivenes del entorno, para enfrentar de mejor forma los nuevos escenarios y desafíos”

Algunos países Latinoamericanos usan la resiliencia porque les aportan una gran ayuda a sus ciudadanos en el ámbito laboral y les da beneficios como:

       Mejor autoimagen y autoestima.
       Se juzgan menos a sí mismas y a los demás.
       Son gente optimista.
       Son gente que toma riesgos.
       Se mantienen más sanas.
       Suelen tener éxito en los estudios y trabajo.
       Tienen un nivel de bienestar general bastante positivo.
       Son menos predispuestas a la depresión o ansiedad.
       Ayudan a los demás a ver el vaso “medio lleno”
       Son de inspiración para otros.


Muchas personas viven demasiados cambios y demasiado rápidos. La “personalidad del superviviente”, es la que le permite a las personas y organizaciones afrontar las adversidades y adaptarse a los cambios. Es su compromiso en desarrollar métodos de resistencia que le resulten útiles lo que determina su éxito.

Hay quienes se adaptan mejor a los grandes cambios o crisis que presenta la vida, llevan su situación con entereza y consiguen salir de ellas con mayor facilidad, aprendiendo y creciendo durante el proceso.

El buen resultado de una crisis es que puedes salir de ella fortalecido y creciendo emocionalmente.

Para lograr la capacidad de poseer una personalidad resiliente, es importante enfocarte en los aspectos más positivos de tu personalidad y poner énfasis en tu fuerza interior, apelando a una autoconfianza que quizás no creas poseer.

Una personalidad más adaptable suele ser el resultado de una crisis superada y la mejor arma para resistir posteriores embates de la vida.


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