Desde hace varios años
con la llegada a nuestras vidas de avances como la inteligencia artificial, la
automatización, el internet de las cosas, etc., las soft skills o habilidades
blandas han comenzado a estar más valoradas a la hora de buscar empleo.
Ya no se valoran solo
los conocimientos de las personas, también las habilidades para trabajar en
equipo, empatizar con los compañeros, etc. Podemos definir las habilidades
blandas como una combinación de habilidades transversales, necesarias para
cualquier momento de nuestra vida, que combinándolas con las hard skills o
habilidades técnicas convierten a los empleados en personas motivadas y
realizadas en constante formación y aprendizaje.
Y toda esta situación se
ha acelerado con motivo de la pandemia, donde nos hemos visto obligados a
adaptarnos a una situación totalmente inesperada. Convirtiéndose, así, las soft
skills en un básico para las compañías en búsqueda de talento o de reciclaje
para actuales trabajadores en las mismas.
⦁ Competencia
laboral actual
El soft skill ha
adquirido una mayor relevancia con la llegada de la COVID-19, ya que nos hemos
visto obligados a adaptarnos de un momento a otro a una situación, hasta el
momento, desconocida. Dentro de ello las competencias laborales exigen a un
trabajador responder ante una tarea o actividad en el ámbito del trabajo
y en definitiva sus aptitudes y habilidades juegan un papel importante para un
determinado puesto de trabajo.
⦁ La
inteligencia emocional
⦁ Resiliencia
Sin duda, una habilidad
esencial, teniendo en cuenta los tiempos que estamos viviendo. En situaciones
de crisis en el ámbito laboral, esta habilidad nos puede ayudar a enfrentarlas
con paciencia sin dejarnos vencer por ellas.
⦁ Trabajo
en equipo
Cada vez se habla más
del trabajo en equipo para hacer frente a los retos laborales. Para desarrollar
esta habilidad de manera correcta es importante conocer cuáles son nuestros
puntos fuertes y débiles, al igual que los del resto del equipo. Últimamente,
hay más casos de liderazgo compartido que demuestran que sin competencia entre
miembros de una misma plantilla se pueden lograr muy buenos resultados.
⦁ Asertividad
En los últimos años se
está hablando más de esta habilidad, porque es la capacidad de decir «no» y
expresar opiniones sin necesidad de que las personas a las que nos dirijamos se
lo puedan tomar mal. En el momento en el que somos capaces de hacer uso de la
asertividad, podemos lograr un ambiente de trabajo con mayor comunicación y
confianza.
El futuro laboral de la mano de las habilidades
blandas
Junto a las habilidades
blandas, las competencias digitales son el presente y el futuro del mercado
laboral. Se estima que, en 2030, la demandas de habilidades tecnológicas
aumente un 55%, las habilidades sociales y emocionales (liderazgo, inteligencia
emocional, etc.) un 24% y las habilidades cognitivas (creatividad,
procesamiento de información compleja, etc.) un 8%.
Es curioso que el
mercado laboral no haya priorizado antes o, al menos, puesto en la misma
balanza de las hard skills a las soft skills. No solo es necesario contar con
los conocimientos básicos para poder desarrollar las tareas de nuestro día a
día de manera eficaz, sino que es igual de importante, o más, ser capaces de
desarrollar nuestras habilidades emocionales y sociales.
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